El cricket, posiblemente por su gran estima en sociedad, ha atraído con frecuencia a los más destacados escritores. El Manchester Guardian, durante la primera mitad del siglo XX, empleó a Neville Cardus como el corresponsal del cricket. Cardus recibió el título real de Caballero (Sir) por sus servicios como periodista deportivo. Uno de sus sucesores fue John Arlott, quien después fue mundialmente conocido por sus comentarios en la BBC y por sus poesías.
Los primeros Juegos Olímpicos de Londres de 1908 atrajeron a una gran variedad de medios de comunicación los cuales asignaron a sus mejores periodistas para dicho evento. El Daily Mail, por ejemplo, tenía a Sir Arthur Conan Doyle en el White City Stadium para cubrir las finales de la primera maratón. Tal fue el drama de la competición en la cual Dorando Pietri colapsó justo en la línea final, que Conan Doyle lideró una campaña pública para que el italiano, al que le fue negada la medalla de oro al descalificarlo, recibiera una copa especial de plata la cual fue entregada por la reina Alejandra.
La competencia de Londres, llamada la Maratón Politécnica y creada en 1908 sobre la ruta de las olimpiadas a las afueras de la casa real del Castillo de Windsor hasta White City, fue inicialmente patrocinada por la revista Sporting Life que en aquellos tiempos era un diario que buscaba cubrir todos los eventos deportivos más que presentar las carreras de caballos en lo cual se convirtió después de la II Guerra Mundial.

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